ACERCAMIENTO DE PRESOS

Sánchez culmina el traslado de los jefes de ETA al País Vasco con ‘Pototo’, carcelero de Ortega Lara

Sánchez ETA
Pototo.
Pelayo Barro

El Gobierno de Pedro Sánchez ha dado por cerrado el acercamiento a los presos duros de ETA, los que en su día ostentaron posiciones de mando en la banda. Todos los que ordenaban atentados y secuestros, coordinaban el aparto logístico para suministrar armas y explosivos o dirigían la red de escondites para los pistoleros ya están cumpliendo condena en cárceles del País Vasco. El último en ser beneficiado por un acercamiento ha sido Julen Atxurra Egurrola, alias Pototoel dirigente etarra que ordenó secuestrar y mantener cautivo en un zulo de 3,5 metros cuadrados durante 532 días al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara. Ya está instalado en su celda de la cárcel de Zaballa (Álava), donde comparte módulo con otros jefes etarras.

Esta vez no lo ha anunciado ni la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, como ha venido siendo habitual hasta ahora. La noticia del acercamiento de Pototo la ha dado la red de apoyo a los presos etarras Etxerat, que ha informado del ingreso en Martutene de Atxurra Egurrola. El hombre que en 2019 firmó una carta desde la cárcel en la que negaba que ETA hubiese sido «derrotada».

Con él, el Gobierno de Pedro Sánchez cierra un ciclo: ya no hay jefes de ETA cumpliendo condena en cárceles bajo competencia del Ejecutivo. Todos los dirigentes que aún restan por cumplir penas están ya haciéndolo en una de las tres prisiones vascas bajo las órdenes del Gobierno de Urkullu. El mismo cuyas decisiones de excarcelar etarras en base a su «arraigo» al País Vasco están siendo revisadas -y tumbadas- en la Audiencia Nacional. Más de 300 de esos acercamientos previos se realizaron, como reconoce el Gobierno y ha informado OKDIARIO, contra el criterio de las juntas de tratamiento penitenciario de las cárceles de origen.

Así, dirigentes de ETA y representantes del núcleo duro como Susper, Parot, Kantauri, Txapote o Anboto ya están cerca de su hogar. Otro, como Gurutz, acaba de salir de la prisión de Martutene, a la que no tendrá que volver tras haber sido considerado como «gravemente enfermo»: la lista de sus dolencias, como informaba este martes OKDIARIO, incluye hipertensión, colesterol alto, arritmias y un ojo vago desde la infancia.

Otros, como Txeroki o Oroitz Gurruchaga siguen cumpliendo su pena en prisiones de Francia. Tuvieron la mala suerte de ser detenidos en suelo francés. Txeroki, sin embargo, visitó las cárceles del País Vasco este mismo verano de camino a Francia tras una breve visita a la Audiencia en Madrid. En ese periplo por carretera, inexplicable para fuentes penitenciarias, ya que de Francia llegó en avión, se hospedó en la cárcel de Zaballa donde coincidió con Txapote, Gorka Palacios y María Soledad Iparraguirre, Anboto. Interior facilitó, con su decisión, este reencuentro de la cúpula etarra de la primera década de este siglo.

Ortega Lara

El de Pototo no es un acercamiento más. Ya no sólo porque con él se culmina la llegada al País Vasco de toda la cúpula etarra, sino porque Pototo fue el responsable que ordenó secuestrar a Ortega Lara, entre otros méritos que figuran en su hoja de servicio criminal a ETA.

Atxurra fue condenado a 32 años como inductor del secuestro de Ortega, considerándole «el máximo responsable del suministro de material, objetos y dinero, a los distintos grupos de delincuentes que integran la organización, para que pudieran cometer actos ilícitos».

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